Cancún, Q. Roo, 27 de mayo de 2024.- Pese a quien le pese. La realidad de lo que pasa en el Estado de Quintana Roo sobre tanta violencia (ejecuciones y baleados) donde menores de edad han sido víctimas de daños colaterales, obedece al acuerdo que existe de titulares de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC), empezando por Julio Cesar Gómez Torres y el fiscal General Racial López Salazar, que su trabajo es pura simulación.
Hay que ser muy ignorantes para no darse cuenta de que está protegido por las mismas corporaciones policiacas de los tres niveles de gobiernos, un grupo exclusivo ligado al narcotráfico o crimen organizado, quienes a través de su brazo de sicarios ejecutan a plena luz del día y casi en las narices de los policías que manipulan las cámaras de video vigilancia del C5; ejemplo, la persona que fue asesinada la mañana de este lunes en el fraccionamiento Barrio Maya, los sicarios pasaron frente a las cámaras de video vigilancia que están instaladas en el camellón central de la avenida Nichupté y 145, pues casualmente apuntan a una cuadra donde ocurrió el hecho.
Otro caso fue la ejecución del jueves pasado en la avenida José López Portillo, a un costado de las instalaciones de la Zona Militar, entre la Sarch y Andrés Quintana Roo. Ambos cruces también hay cámaras de video vigilancia del C-5, y bien se le pudo dar seguimiento a los delincuentes a través de las mismas; sin embargo, debido a que todo está pactado, se hacen de la vista gorda tanto el secretario Julio Cesar Gómez Torres y el propio fiscal Racial López Salar, quienes engañan a empresarios, Asociaciones Civiles, funcionarios de toda índoles, diputados y demás ciudadanos en Quintana Roo, mediante simulaciones de trabajo, cuando aún se sabe que las detenciones son de sujetos ajenos al grupo que protegen, lo mismo que hacía Alberto Capella Ibarra y Oscar Montes de Oca, protegidos por Carlos Joaquín González (hoy gozando de impunidad), y que todos les aplaudían como payasos. LO BUENO QUE ELLOS DAN ABRAZOS Y NO BALAZOS.
Estas son las cámaras del C5 en la avenida Nichupté apuntando por donde pasaron los sicarios.
En las esquinas donde ocurrió la ejecución de la avenida Portillo, también existen cámaras del C5.
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