Después del fallecimiento del agente del Ministerio Público auxiliar en la Zona Norte, Luis Felipe Ortiz Seca, además, que más de un mes todo el personal de la Fiscalía General del Estado de Quintana Roo estuvo en riesgo ante un posible contagio del Coronavirus, el fiscal general Oscar Montes de Oca Rosales, decidió emitir un circular y por cierto sin firmar, donde señalaba que prácticamente las instalaciones se cerraban por cuestiones más estrictas de prevención por la Fase 3. Desde que inició la pandemia, el personal de la Fiscalía en la Zona Norte, venía realizando exhortos a los directivos por la falta de gel desinfectante, guantes de látex y cubrebocas, debido a que ellos tenían el contacto con mucha gente que ingresaba a cada una de las oficinas centrales en Quintana Roo. A pesar de este clamor, los empleados del gobierno del estado siempre fueron ignorados, ya que era escueto el material que proporcionaba la Fiscalía y los únicos que se protegían eran los directores y todos aquellos directivos que trajo el fiscal general Oscar Montes de Oca Rosales, de la Ciudad de México para colaborar con él. El resultado de esta irresponsabilidad del mal funcionario y su gente, una de ellas la fiscal para Atención de Delitos contra la Mujer, Lizbeth Lugo Hernández, salió a relucir a más de un mes de la alerta sanitaria por el Covid-19, pues la madrugada de este jueves 23 de abril, lamentablemente falleció por posible contagio del virus, el agente del Ministerio Público, Luis Felipe Ortiz Seca. Se sabe, que también otro trabajador de la mesa para menores a disposición, presentó síntomas del Coronavirus, por lo que acudió a una clínica particular donde después de pagar ocho mil pesos y dos horas internado, resultó que no tenían radiactivo para realizarle la prueba. Ayer y después del “niño ahogado, a tapar el pozo”, la Fiscalía General del Estado emitió un circular que cerraba sus puertas y solamente se atenderán casos urgentes, aún, cuando esto lo debieron hacer días antes para prevenir a su personal quintanarroense al igual que lo hacían con “sus chilangos”, pues estaban funcionando todas las áreas que le generaban ingresos económicos a la Fiscalía.
